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domingo, 9 de septiembre de 2012


El desafío de estudiar dos carreras al mismo tiempo

Esta modalidad abre puertas en el mercado laboral y puede ser un buen negocio. Ya sea para realizar la carrera de sus sueños -y no solo la de moda o de mayor prestigio-, tener más oportunidades laborales o afianzar conocimientos en un área de interés, la tendencia de los jóvenes de cursar dos carreras de forma simultánea viene creciendo en el país. 

Las cifras por institución dan cuenta de esta tendencia: en la Universidad de los Andes, por ejemplo, 2.874 jóvenes se le miden a este reto; en la Universidad del Rosario son 420; en la Javeriana, 851 y en la U. Nacional van más de 80.
 

Algunos combinan profesiones afines como Administración de Empresas y Negocios Internacionales o Ingeniería con Matemáticas, pero hay otros que se arriesgan y estudian profesiones que, a primera vista, parecen disímiles: Medicina y Derecho.
 

"Cuando existe el interés de cursar doble carrera las posibilidades son variadas -indica Alejandro Venegas, vicerrector académico de la Universidad del Rosario-. Sin embargo, les sugerimos hacerlo con disciplinas afines, pues esto facilita homologar materias comunes y terminar con rapidez ambos programas".
 

Con disciplina, ambos títulos se obtienen en un lapso de 6 a 7 años. Primero, deben graduarse de la carrera inicial e invertir máximo dos años en terminar la segunda después de obtenido el primer título. Para ello, las universidades permiten tomar un número determinado de créditos por semestre (número de horas dedicadas a una asignatura) que los alumnos pueden utilizar en asignaturas de su propia carrera o de una distinta.

Las combinan a su gusto. En algunos casos, los jóvenes pagan el valor del semestre de la carrera más costosa o un dinero extra si las materias exceden el número de créditos permitidos (en el caso de las privadas).  "No es aconsejable comenzar en primer semestre ambas profesiones", afirma Ingrid Schuler, decana académica de la Facultad de Ciencias de la Universidad Javeriana.
La idea es que el estudiante defina, transcurridos unos semestres, en qué campo desea proyectarse profesionalmente y qué disciplina le ayuda a complementar su formación para ese propósito.  El requisito para hacer doble programa es que haya demostrado un buen desempeño académico.
 

"Es importante que se tomen de forma prioritaria las asignaturas de la carrera inicial para terminarla en el tiempo previsto o antes y hacia el cuarto o quinto semestre arrancar con la segunda, cuando el joven ya tenga idea de lo que quiere hacer con su vida", agrega Ana María Sanabria, directora de autoevaluación y calidad académica de la Universidad del Valle.  E insiste en que debe haber un procedimiento para que los estudiantes en las universidades públicas no ingresen por admisión a las dos carreras, pues le quitarían la oportunidad de ingresar a la universidad a otro bachiller.

Esta posibilidad de hacer doble programa le permite al joven desempeñarse laboralmente con mayor versatilidad. Según Alejandro Venegas, vicerrector académico de la Universidad del Rosario, para algunos empleadores esa 'duplicidad profesional' resulta muy llamativa. Los hace más competitivos, pues adquieren un conocimiento integral en la parte académica, indica Schuler.

Pero, además, les da la ventaja de cursar dos áreas complementarias en 'tiempo récord' que, tal vez, no hubiera sido posible en el futuro por compromisos laborales o familiares.
 
Pero también puede convertirse en una pesadilla si el estudiante intenta ver más materias de las que puede con el afán de terminar ambas carreras en el tiempo que tardaría en cursar una sola.
 

De acuerdo con Juan Manuel Tejeiro, vicerrector académico de la Universidad Nacional, es muy frecuente que los estudiantes busquen con la doble titulación seguir su vocación real en un programa que no apoya su familia (ingenieros que se inclinan por las matemáticas o la física). De este modo, se gradúan de una carrera que goza de todo el reconocimiento social y de una sin tanto prestigio pero que lo encamina por sus intereses.
 

Otro aspecto interesante de hacer un doble programa -enfatiza- es la posibilidad de especializarse en un campo determinado. Hoy, por ejemplo, se requieren ingenieros de sistemas con mayores conocimientos en modelamiento matemático.

Sin embargo, opina Tejeiro, es preferible hacerlo con asignaturas de un posgrado. Así, el joven complementa su carrera y obtiene, de paso, un título de maestría en lugar de dos títulos de pregrado.  

EL TIEMPO


EFECTOS DE LA COCA-COLA

Te has preguntado alguna vez por qué la Coca-Cola siempre se presenta con una sonrisa? Porque te coloca. Aunque ya hace casi cien años que quitaron la cocaína de la fórmula ¿y sabes por qué? porque era innecesaria.
En los primeros 10 minutos: 10 cucharaditas de azúcar entran en tu sistema digestivo (el 100% de la cantidad diaria recomendada) lo único que impide que vomites debido a tanto edulcorante es el uso del ácido fosfórico, que disimula el sabor permitiéndote digerirlo.
A los 20 minutos: Tus niveles de azúcar se disparan, causando que aumente la insulina. Tu hígado responde transformando todo el azúcar que encuentra en grasa (y hay mucho azúcar en tu organismo en este preciso instante).
A los 40 minutos: Se completa la absorción de cafeína. Tus pupilas se dilatan, tu presión sanguínea se eleva, y como respuesta tu hígado introduce más azúcar en tu torrente sanguíneo. Los receptores de
adenosina de tu cerebro se bloquean para evitar el adormecimiento.
A los 45 minutos: Tu cuerpo aumenta la producción de 
dopamina, estimulando los centros de placer de tu cerebro. Básicamente, así es como actúa la Heroína.
A los 60 minutos:
El ácido fosfórico bloquea el calcio, zinc y magnesio en tu intestino grueso, acelerando tu metabolismo. Además, las altas dosis de azúcar y edulcorantes artificiales aumentan la eliminación de calcio mediante la orina.
Las propiedades diuréticas de la cafeína hacen efecto (tienes que ir al servicio). Éste es el momento en que expulsas el calcio, magnesio y zinc que debería ir dirigido a tus huesos, así como también sodio, electrolitos y agua.
Mientras decae la fiesta dentro de tu organismo, termina el chute de edulcorantes y empiezas a notar la falta de azúcar, con lo que te pones irritable o depresivo. Ahora mismo has, literalmente, meado toda el agua que contenía la bebida, pero no sin antes acompañar la expulsión de valiosos nutrientes que tu cuerpo podría haber empleado para cosas como hidratarte o construir huesos y dientes más fuertes.
Un par de horas después vendrá el bajón de la cafeína (algo menos si eres fumador). Pero, eh, tómate otra Coca-Cola, ¡es la chispa de la vida!

Ornella Carinha castaño Ortiz


Hábitos de salud de los adolescentes

- Dos de cada diez chicos y una de cada diez chicas de 15 y 16 años tienen sobrepeso u obesidad.

- El porcentaje de chicas con sobrepeso u obesidad ha aumentado hasta casi doblarse (de 5,7% a 9,7%) en los últimos 15 años. El de chicos, en cambio, solo ha crecido un 5%.

- Uno de cada cuatro jóvenes afirma haberse emborrachado en los últimos 30 días.

- Las chicas hacen cada vez menos deporte. La proporción de jóvenes que no hace ejercicio físico 3 o más días a la semana ha aumentado un 17,6% desde 1996 en las chicas; en los chicos se mantiene estable.

- Uno de cada 20 chicos y tres de cada 20 chicas responde afirmativamente a una de estas tres preguntas: no ha ingerido ningún alimento en las últimas 24 horas, se ha provocado vómitos para perder peso, ha utilizado laxantes o diuréticos con el mismo fin.

- El número de chicos que ha realizado dietas de adelgazamiento casi se ha doblado (del 5% al 9,7%) desde 1996.



Música como ayuda de la neurociencia para aliviar patologías afectivas

Transcribir las emociones de forma inteligible podría ayudar en algunas patologías como el autismo.
Pegar la oreja al sistema nervioso para oír las emociones, vagabundear y transcribir el guirigay eléctrico en un coro vocal es lo que hacen en Australia unos investigadores, en un intento de convertirse en los Mozart de la neurociencia con la esperanza de aliviar, algún día, las patologías afectivas.
En un laboratorio de la facultad de Medicina, Vaughan Macefield, neurofisiólogo de la University of Western Sydney, ajusta un cable eléctrico en la pierna de su conejillo de Indias, Ben Schultz, un actor 27 años. Al otro extremo del cable, un micrófono graba la actividad acústica del nervio que sale de un pequeño parlante en una esquina de la sala. "Es el sonido que captamos del nervio", dice Erin Gee, una cantante canadiense que trabaja en este experimento. "Es la transcripción de lo que ocurre eléctricamente".
Vaughan Macefield escruta las pantallas en las que se forman curiosos algoritmos cada vez que Ben Schultz produce una emoción cuando mira imágenes, por ejemplo, violentas o eróticas. Su cerebro emite señales que el científico intercepta. Son señales a las que los artistas les "ponen música". Estas investigaciones entran en el campo de la "informática afectiva" que trata de máquinas capaces de detectar, comprender y responder a las emociones humanas, subraya el profesor Macefield.
Transcribir las emociones de forma inteligible, proyectarlas en la pantalla o transformarlas en notas de música podría permitir tratar algunas patologías como el autismo. "Podría ser que al amplificar las propias emociones, la gente las lea mejor", dice.
Los instrumentos graban los sonidos generados por los nervios, la presión arterial, la respiración, el sudor y el corazón. Todas estas grabaciones se guardan en las pistas de un ordenador, como se hace en la mesa de mezclas de un estudio, y programas informáticos concebidos específicamente para este experimento convierten las diferentes voces en un coro vibrante de campanas y de relojes.
Al final de la sesión, dispondrán de un material suficientemente rico y complejo para componer una "sinfonía emocional" ejecutada electrónicamente. "No se puede leer el pensamiento de Ben y decir por qué siente emociones, pero existen ahora los medios tecnológicos capaces de demostrar que muestra realmente emociones y medir la intensidad de las mismas", explica Erin Gee. "Incluso puedo meter estas emociones en una botella y conservarlas", asegura.
La primera representación de esta sinfonía nerviosa está prevista para el 2013 en Montreal.

Educación – ICFES.

El Examen de Estado SABER PRO tiene como propósitos evaluar la calidad de la educación a nivel profesional, técnico y tecnológico del país con estándares internacionales de calidad y ofrecer información que permita introducir ajustes en los programas de formación (Decreto de Ley 3963 de 2009, ICFES, 2011). Una de las competencias que se ha considerado pertinente evaluar en el examen es la de comunicarse por escrito.

Las pruebas de comunicación escrita hacen parte de conjunto que se ha denominado Competencias Genéricas (Mc Curry, 2010).

En tanto competencia genérica, se considera que comunicarse por escrito es una construcción que deben hacer todos los estudiantes que han estado en programas de educación formal. En el caso de quienes cursan programas de educación superior se espera que, independientemente del programa, hayan desarrollado en mayor grado esta competencia, aunque, por supuesto, como ocurre en todas las pruebas de las competencias genéricas, no se espera que el nivel sea el mismo en todas las carreras, en tanto no todos los escenarios de ejercicio profesional van a requerir las mismas herramientas.

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