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miércoles, 2 de mayo de 2012


El 23% de universitarios no puede elaborar un texto comprensible
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En Santa Marta, ante rectores de diversas universidades del país, la ministra de Educación, María Fernanda Campo, y la directora del Icfes, Margarita Peña, presentaron los resultados de las Pruebas Saber Pro, anteriormente conocidas como Ecaes, y que en su última versión fueron aplicadas a 146.000 estudiantes.
Uno de los resultados que más llamó la atención es que uno de cada cuatro universitarios (23%) no pudo elaborar un escrito organizado y comprensible. Sólo un 40% del total de los estudiantes evaluados demostró niveles aceptables de escritura, es decir, que son capaces de plantear sus argumentos o puntos de vista sobre un determinado tema de manera organizada y comprensible.
Las Pruebas Saber Pro evalúan unas competencias genéricas (lectura crítica, razonamiento cuantitativo, escritura e inglés), consideradas fundamentales para el ejercicio profesional.
Según la ministra, entre los estudiantes de programas universitarios los mejores desempeños fueron alcanzados por los de Humanidades, Ciencias Sociales, Comunicación, Periodismo y Publicidad.
En inglés, los estudiantes colombianos siguen rezagados. Los resultados mostraron que sólo 22 de cada 100 estudiantes alcanzaron los niveles B1 o B+, que corresponden a aquellos que logran comunicarse efectivamente. El resto tiene un conocimiento muy superficial de este idioma. Los alumnos más “bilingües” correspondieron a los de programas como Bellas Artes y Diseño, Medicina y Ciencias Naturales y Exactas.
Otro fenómeno que volvió a confirmarse con los resultados de este año es que el desempeño más alto lo tienen jóvenes de instituciones de educación superior con acreditación institucional de alta calidad. “De igual manera los estudiantes de programas universitarios tienen desempeños superiores con respecto a los que estudian programas no universitarios”, señaló la ministra. “Con excepción de Medicina, Salud y Derecho, en donde los promedios son significativamente más altos en las instituciones públicas, no se observan mayores diferencias entre sectores público y privado”, añadió Campo.

Aprenda cómo no caer en el dequeísmo en sus textos


Consejos de ortografía por Fernando Ávila, delegado para Colombia de la Fundéu BBVA.

No es cierto que decir o escribir "de que" sea siempre error.

El error llamado dequeísmo consiste en agregar "de" entre el verbo y la conjunción "que" cuando no se debe, como en "dijo de que era un crac", "creen de que es la más sagaz".

Es fácil descubrir el error, pues esos verbos no piden un ¿de qué?, sino un simple ¿qué?: ¿qué dijo él?, ¿qué creen ellos?

El error contrario, quitar el "de" cuando se debe decir "de que", se llama queísmo, y en él caen hasta personas de gran sapiencia: "me enteré que habría TLC", "se quejan que no los atienden".

Es igual de fácil identificar el error, pues estos verbos piden un ¿de qué?: ¿de qué te enteraste?, ¿de qué se quejan?

El queísmo se presenta también, con gran frecuencia, cuando se elimina el "de" después de sustantivo, en frases que requieren la preposición: "el hecho que no haya llamado, no significa", "lo hizo a sabiendas que estaba prohibido".

Es tan claro que estas frases requieren "de", que si no apareciera el "que" a nadie se le ocurriría eliminar la preposición. Nadie diría "el hecho no regresar..." o "lo hizo a sabiendas las consecuencias".

Aparte de estos dos casos  ("de que" después de verbo y "de que" después de sustantivo, esta secuencia puede ir enseguida de los adverbios de tiempos "antes" y "después": "cómprelo antes de que se agote", "venga después de que termine". Este "de que", no es obligatorio como los otros. También puede decirse "que" ("antes que se agote").

La tilde de "o"

La "o" ya no se tilda al lado de un carácter arábigo. Antes se escribía "3 ó más", "3 ó 4", para que la "o" no se confundiera con el cero. Hoy ya no debe hacerse.

Construido

Antes se decía «marque la tilde en la i para disolver el diptongo», y por eso se escribía construìdo, destruída, incluídos, imbuídas... Esa norma se eliminó en 1952. Hoy se escriben esas palabras sin tilde: construido, destruida, incluidos, imbuidas...



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