Se necesitaría otra Tierra para mantener el consumo
actual
Según
el informe 'Planeta Vivo 2012' que presentó el Fondo Mundial para la
Naturaleza.
La Tierra tarda un año y medio en regenerar los
recursos que la población mundial consume en doce meses, algo que no es
sostenible a largo plazo y que debe ser asumido y modificado por los jefes de
Estado que acudirán a la cumbre de desarrollo sostenible Rio+20.
Así lo advirtió este martes el Fondo
Mundial para la Naturaleza, (World Wildlife Fund, conocido por sus siglas WWF)
al presentar su informe 'Planeta Vivo 2012', en el que hace una evaluación del
estado de nuestro mundo, señala las presiones a las que está sometido y detalla
soluciones para mejorarlo.
El texto afirma que de 1970 a 2008 la biodiversidad en
el mundo se ha reducido un 30 por ciento, y un 60 por ciento de ella se ha
perdido en los trópicos, en países muy poco desarrollados. La demanda de
recursos naturales se ha duplicado desde 1966, y actualmente el mundo tarda un
año y medio en regenerar lo que consumimos en doce meses. De hecho, si todos
consumiéramos como un estadounidense medio, necesitaríamos cuatro planetas para
soportarlo.
"Vivimos como si tuviéramos otro planeta
disponible, estamos usando un 50 por ciento más de recursos de los que el
Planeta puede ofrecer. Tenemos la capacidad de ofrecer agua, comida y energía a
los 9.000-10.000 millones de personas que vivirán en la Tierra en 2050, pero
sólo si todos, gobiernos, empresas, y ciudadanos modificamos nuestro
comportamiento", advirtió en una rueda de prensa Jim Leape, director
general de WWF Internacional.
Leape considera que ese cambio puede producirse en la
cumbre de la ONU conocida como Rio+20 -que se celebrará dos décadas después de
la Cumbre de la Tierra, la primera gran reunión que trató sobre la degradación
del planeta y cómo modificar dicha tendencia- aunque es consciente que la tarea
no va a ser fácil. "Este desafío es tan trascendental que no podemos dejar
el cambio sólo a los individuos, los gobiernos tienen que actuar y el momento
es ahora. No estamos donde deberíamos estar en cuanto a la negociación, pero
falta aún un mes y debería hacerse todo el esfuerzo necesario para
lograrlo".
Para evaluar el estado del planeta se han usado dos
herramientas, el Índice Planeta Vivo, que evalúa la salud de los ecosistemas de
la Tierra; y la Huella Ecológica, la demanda y uso de recursos por parte de los
humanos en comparación con la capacidad de regeneración de los mismos, que se
concreta en el área de tierra realmente disponible para producir recursos
renovables y absorber las emisiones de CO2. Los diez países con mayor huella
ecológica del mundo son Qatar, Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos, Dinamarca,
Estados Unidos, Bélgica, Australia, Canadá, Holanda e Irlanda; España se sitúa
en el puesto 25.
"Puede sorprender ver a países como Dinamarca,
conocidos como ecológicos, estar en una posición tan alta, pero es que la
huella toma en cuenta las importaciones y su coste, y éste puede ser muy alto
para el medio ambiente", explicó Gemma Cranston, de la Red Global de la
Huella Ecológica, co-editora del informe.
Los países ricos tienen como media, cinco veces más
impacto que los menos desarrollados, pero el mayor declive en biodiversidad lo
padecen las naciones pobres, que según el informe "subsidian el estilo de
vida de los países ricos".
Para
poder reducir el impacto de nuestro patrón de consumo sobre la Tierra
deberíamos reducir drásticamente el uso de combustibles fósiles y sustituirlos
por energías renovables, disminuir y mejorar el consumo de agua, producir más
eficientemente, intentar comprar productos que hayan sido fabricados o creados
de forma sostenible, y acabar con los subsidios, sugiere WWF.
LA GUERRA DE LAS PALABRAS
Las palabras también mueren. ¿Quién utiliza hoy una expresión
del tipo de “Al señor Barreras no le plugo escribir bien”? Muy pocos sabrían
—entre ellos el autor de esta nota— que plugo es el pretérito de placer. Su uso
es, sino nulo, poco común. El hecho, que parece irrelevante, fue el objeto de
estudio de un grupo de investigadores estadounidenses que ha habido un
“incremento drástico de la tasa de muerte de palabras” en los últimos 200 años.
Los científicos recorrieron, a través del proyecto de
digitalización de Google, la vida y deceso de millones de palabras en hebreo,
español e inglés. Encontraron, además de un aumento de cadáveres gramáticos,
que las palabras compiten para ser usadas por las personas. “La mayoría de los
cambios en el vocabulario —dicen en la revista Arxiv— en los últimos 10 ó 20
años se deben a la extinción de las palabras mal escritas y los errores de
imprenta, y al bajo número de nuevas variaciones de las palabras y nuevas
palabras”.
Como en una batalla cara a cara, algunas palabras son
desplazadas del idioma. Uno de los ejemplos que los científicos —liderados por
Alexander Petersen, del Instituto de Estudios Avanzados de Luca, en Italia—
ponen sobre la mesa es la palabra “Roentgenogram”. Dos competidores le
usurparon el espacio a esta palabra, dedicada al premio Nobel Wilhelm Roentgen:
rayos X y radiograma. Los investigadores aseguran que dicho desplazamiento se
debió, en buena parte, a la eficacia y brevedad de la palabra.
Cuando los historiadores se referían a la Primera Guerra
Mundial, la llamaban “The great war” (“la gran guerra”). El apelativo quedó en
desuso después de 1939, cuando “la gran guerra” fue superada en muertos y daños
materiales por los enfrentamientos de la Segunda Guerra Mundial. “Cada una de
las palabras está compitiendo para ser el monopolio de cuál va a ser el
nombre”, aseguró Joel Tenenbaum, otro de los investigadores. Con respecto a la
guerra, los científicos encontraron que los idiomas de los países involucrados
tendían a aumentar. Por lo tanto, durante las guerras nacieron nuevas palabras
en Rusia, Francia y Estados Unidos, mientras que en América Latina el efecto
fue mucho menor.
“Similar a las normas financieras destinadas a limitar el riesgo
y la dominación del mercado —escriben los investigadores—, las tecnologías que
estandarizan, como el diccionario y correctores ortográficos, sirven como
árbitros de gran alcance que determinan las propiedades de la evolución de la
palabra”.
LEY LLERAS
Para todos los estudiantes que quieren saber qué pasa
con las descargas que se nos permitían hacer antes y ahora no, esta es una
nueva ley:
El Proyecto de ley 241 de 2011 “Por la
cual se regula la responsabilidad por las infracciones al derecho de autor y
los derechos conexos en internet”1 en Colombia, más conocido por el apodo de Ley Lleras es un proyecto de ley que busca regular
la responsabilidad de los proveedores de
servicios de Internet frente a las infracciones
de derechos de autor de los usuarios.
Este proyecto de ley, que
se presenta como una exigencia del Plan Nacional de Desarrollo 2010-20142 y de los tratados de libre
comercio con Estados Unidos y con la Unión
Europea recoge elementos de leyes similares derivadas del ACTA como la Ley HADOPIaunque en términos más moderados. El
proyecto, por ejemplo, sólo contempla sanciones a infracciones de derechos de
autor cuando exista un propósito de lucro. El proyecto, sin embargo, incluye la
suspensión de servicios de Internet para reincidentes, decisión que deja en
manos de los proveedores de servicios de Internet. Al igual que las otras leyes
similares, este proyecto de ley ha despertado el rechazo de grupos de
internautas entre los que se encuentran Anonymous.
El nombre de Ley Lleras se deriva del Ministro de
Interior y Justicia Germán Vargas Lleras quien presentó el
proyecto ante el Congreso. El término fue creado el mismo día de la radicación
en las redes de microblogging Twitter e Identifica a manera de hashtag#leylleras.
Tras las modificaciones propuestas por el coordinador de ponentes el Senador Roy Barreras se ha propuesto el
mote Ley Barreras,
mientras que Barreras y otros congresistas han propuesto la utilización del
hashtag #leyderechodeautor sin mayor éxito en la aceptación de los
usuarios.
El trámite del proyecto no
tuvo éxito al ser finalmente archivado en noviembre de 2011.
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